La rueda sigue girando
hay cadáveres
a la intemperie
con su sangre quieta.
La obscenidad del terror
nos desnuda
a todos
los impávidos y los procaces
los náufragos y los desolados
los poetas y sus asesinos.
En el mismo mar
contaminado.
En el aire
juegan
solos
los niños y los pájaros.
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