sábado, 10 de diciembre de 2016

Extraño mi propia mirada
la he perdido
en las encrucijadas
del camino.
Hay una vieja lluvia
mojando mis pies
Nada me sostiene
en esta levedad.
Insensata
he roto mi brújula
en medio de la tempestad.
Ya no hay
senderos
en el agua.-
La orilla olvida
mis pasos insomnes.
Larga es la noche
en que tu rostro
se borra.
En otras aguas
flota el amanecer.